YINGXIU, China.- El tiempo corría a contrarreloj este jueves para rescatar a los supervivientes del potente sismo que sacudió el lunes China y que dejó un balance de más de 45.000 muertos, desaparecidos y sepultados bajo los escombros en el suroeste del país.
Los expertos aseguran que la fase de socorro está entrando en su etapa decisiva, tres días después del terremoto de magnitud 7,9, y que las posibilidades de encontrar a supervivientes se reducen hora a hora.
A medida que los militares incrementaban sus esfuerzos en las tareas de rescate movilizando la aviación y tropas suplementarias, emergieron nuevas amenazas.
Las autoridades detectaron riesgos en la seguridad de más de 400 embalses en cinco provincias, informó el jueves la televisión estatal citando a responsables.
El horror del sismo del lunes emergía poco a poco a medida que los equipos de rescate se adentraban en la zona del epicentro, donde ciudades enteras han sido destruidas, dejando un número de muertos aún no precisado.
"Como los daños fueron muy graves y la gente está sepultada en lugares profundos bajo el nivel del suelo hay muchos problemas", declaró a la AFP Zhang Zhoushu, vicedirector del centro de prevención de desastres sísmicos.
"La mayoría de los supervivientes se salvan en los tres o cuatro primeros días", dijo a la AFP Kong Willie McMartin, director de la organización caritativa International Rescue Corps, desde Hong Kong, donde su equipo intenta lograr visados para entrar en China.
"La gente puede sobrevivir hasta 15 días, pero en ese caso estamos hablando de milagros y estos no ocurren muy a menudo", añadió.
El ministerio de Industria e Información chino lanzó el jueves un "llamamiento urgente" a la donación de herramientas y material de todo tipo para las tareas de rescate, ya que algunos socorristas se encuentran totalmente desprovistos para abrirse camino a través de las placas de cemento derrumbadas, informó la prensa estatal.
Este jueves partió además hacia China un equipo de rescate japonés, el primero aceptado por Pekín, que hasta entonces había declinado todas las ofertas extranjeras de envío de socorristas.
Por su lado el primer ministro chino Wen Jiabao ordenó el envío de 30.000 soldados suplementarios y 90 helicópteros a las zonas afectadas para apoyar las tareas de salvamento, mientras el ejército comenzó sus primeras operaciones de lanzamiento aéreo de víveres, ropa y mantas a gran escala.
"Debemos emplear todas nuestras fuerzas y salvar vidas a toda costa", dijo Wen en una reunión en el centro de operaciones de socorro.
El centro nacional de operaciones de socorro dijo que más de 10 millones de personas se han visto directamente afectadas.
En Yingxiu, una ciudad de unos 10.000 habitantes situada en el epicentro, la mayoría de los edificios se derrumbaron, lo que ha desencadenado una búsqueda contrarreloj de supervivientes, constató un periodista de la AFP.
"Lo peor ha sido ver a gente morir, sabiendo que no podías hacer nada por ellos", dijo Li Rui, médico de Wudu, donde se han improvisado camas en lo que era un mercado al aire libre.
Más de 19.500 personas murieron en la provincia de Sichuan, según un balance difundido por las autoridades provinciales, citado el jueves por la agencia estatal China Nueva. Un balance anterior daba cuenta de 14.563 muertos.
Unas 26.000 personas permanecen sepultadas en Sichuán, según el vicegobernador de la provincia.
A lo largo y ancho de la provincia, los equipos de rescate y los voluntarios luchaban por despejar montones de losas, metal y madera sacando cadáveres y supervivientes ensangrentados.
En medio de la tragedia también hay lugar para la esperanza. Una niña que murmuraba "sálvenme, sálvenme" fue sacada de los restos de lo que era su colegio unas 50 horas después de derrumbarse.
Aunque al parecer están sanos y salvos, unos 900 turistas extranjeros permanecen bloqueados, anunció el jueves la oficina nacional china de turismo.
Además, un helicóptero militar chino transportó a lugar seguro el jueves a 33 turistas de Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia.
Hace 1 mes
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