Enviado por Raul Leiva el 08/05/2008 a las 10:57 PM
Rony Iván Véliz Samayoa
Corresponsal
GUATEMALA. No son super mujeres. Son de carne y hueso. El corazón se
les acelera y se ponen nerviosas cuando a medio vestir, salen
corriendo y se tiran de la barra de emergencia para colocarse sus
botas, ponerse su uniforme, el casco rojo y dirigirse a un incendio en
el que no saben con exactitud que van a encontrar.
Esta es la imagen de los bomberas municipales de Guatemala.
Este grupo tan valorado y del que se hablado poco. Reflejan cómo es
su trabajo, sus relaciones, cuáles son sus miedos y sus ilusiones, en
definitiva, contar su vida a traves de las historías que han vivido.
"Nos costo ingresar al cuerpo de bomberos municipales, porque era una
actividad sólo para varones. Las mujeres estaban marginadas", recuerdo,
la oficial Stephanie Richman, única mujer en nuestro pais que maneja
unidades de emergencia y motobombas en la ciudad de Antigua Guatemala.
Primero fueron médicos, periodistas, peritos contadores, bachilleres,
abogados y expertos en Aeronáutica Civil. Por primera vez, los
bomberos se han convertido en protagonistas de la vida real.
Las bomberas buscan salir de la rutina. Se han inscrito varias en la
universidad para seguir sus estudios en leyes, periodismo, ingeniería,
derecho o auditoria. La población mira el lado amable de los
socorristas, pero no saben cuales son sus problemas. Pero aún así
luchan todos los días contra la muerte para arrebatarle otras vidas a la
muerte.
"Todos los días luchamos para salvar vidas. Estamos expuestas a la muerte y
eso hace que todos los bomberos estemos convencidos que nuestro
trabajo es el mejor del mundo. Mal pagado, pero el mejor¨, dijo la
mayor Gretel de Meng, directora de la cuarta estación del CBM.
"El destino de las victimas esta en nuestra manos", dijo la dama
bombero Cristina Callejas, de la tercera estación.
Todos nos convertimos durante las 24 horas en la estación en miembros
de una familia con sus alegrías y sus roces", recordó la dama bombero
Sonia Galán de la novena estación.
"Cuando salgo a una emergencia. Todo se queda en la estación y
tenemos que trabajar con nuestros compañeros aunque tengamos
diferencias personales", indicó Richman.
Mientras ellas están su cuartel de emergencia, los teléfonos no dejan
de sonar: un árbol se desplomó en la calle. Dos heridos en un
accidente de tránsito frente a la municipalidad. Se quema una casa
atrás de catedral. Un minuto después del primer ring y a lo sumo en
seis desde que se produjo la llamada, un grupo de hombres y mujeres
está dispuesto a dejar la vida en un incendio.
Estas mujeres no tienen un salario por parte de la Municipalidad. Son
ad-honorem y trabajan en distinas profesiones durante el dia. En la
noche se integran a prestar servicio en su respectiva estación
asignada por las comandancias bomberiles.
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