jueves, 24 de abril de 2008

No hay equipos suficientes para encarar una catástrofe

Por Santiago Estrella Veloz
Los organismos de socorro de la República Dominicana no están preparados para responder en caso de un gran desastre nacional. Estos carecen prácticamente de todo, pues aunque algunos han comenzado un proceso de modernización es poco lo logrado en comparación con lo que falta.

En una palabra, los dominicanos sufriríamos mucho si nos afecta una catástrofe de envergadura.

La población crece, surgen nuevas torres y edificios, y también más barrios marginados susceptibles de tragedias derivadas de huracanes, incendios o inundaciones.

No hay una efectiva supervisión de las envasadoras de gas propano, ni de los cilindros utilizados, lo que es fuente de intoxicaciones por escapes, incendios, quemaduras y pérdidas de vidas.

Numerosas construcciones no cumplen determinados requisitos de seguridad, como por ejemplo las escaleras exteriores para ser usadas en caso de incendios, ni cuentan con suficientes extintores, cuando no es que incumplen normas aplicables a estructuras de concreto y acero.

¿Qué sucedería si de repente en Santo Domingo se produjera un terremoto de gran magnitud, con la destrucción de torres comerciales y apartamentos, edificios, puentes, elevados y todo lo que eso conlleva?

¿Qué pasaría en caso de que el desastre fuera un desproporcionado incendio en la zona industrial de Haina, donde están las principales plantas generadoras de electricidad, la Refinería Dominicana de Petróleo y diversas industrias y empresas que les circundan, entre ellas una terminal de gas, y al mismo tiempo surgieran otros problemas similares en Los Minas, Herrera y Los Alcarrizos?

¿Estamos preparados para socorrer a las víctimas, atender a los heridos y enterrar a los muertos como Dios manda?

¿Qué pasaría si mientras se atienden esos desastres se estrellara un avión en el Aeropuerto Internacional de Las Américas Doctor José Francisco Peña Gómez o en otro de los aeropuertos del país?

¿Hay equipos y personal humano disponibles de inmediato para eventuales catástrofes de esa magnitud?

¿Con cuántos hospitales contamos en el Distrito Nacional? ¿Cuáles son las reservas de sangre de la Cruz Roja Dominicana? ¿Cuántas clínicas privadas podrían ser utilizadas? ¿Con cuántos bomberos contamos? ¿Cuántas unidades hay para apagar fuegos? ¿Cuántas ambulancias disponibles hay en todas esas instituciones, aparte de las que tienen las Fuerzas Armadas y la Policía?

Las respuestas hay que buscarlas en lo que a continuación se describe:

Según la Oficina Nacional de Estadística (ONE), en 1998 en el país había registradas 361 ambulancias, pero en el 2000 la cifra se redujo a 98. Parece que se trata de un error. Cual sea el número, esto no quiere decir que todas están en funcionamiento, pues lo rutinario es que muchas de ellas estén en reparación.

En cualquier caso, las ambulancias disponibles serían para trasladar los heridos o lesionados en cualquier accidente o catástrofe para una población calculada en 7.3 millones de habitantes, de acuerdo al último Censo de Población de 1991.

LOS BOMBEROS
En el caso de Santo Domingo, con 2.3 millones de habitantes, los bomberos sólo cuentan con 520 hombres para cubrir una ciudad de más de 250 kilómetros cuadrados, distribuidos en un cuartel general y siete estaciones, con 45 camiones, cinco tanqueros, tres camiones-cisterna, seis ambulancias y cuatro yips, además de tres camiones con escaleras de rescate capaces de alcanzar alturas de 20, 11, 10 y 6 pisos. Para transporte de personal sólo disponen de un camión y otro que sirve como puesto de comando, equipado con computadoras, fax, teléfonos y otros equipos que lo convierten en una eficiente oficina móvil.

Los bomberos tienen unos 600 voluntarios, la mayoría de los cuales dicen presentes a la hora de un desastre, aunque no todos tienen la experiencia necesaria y no pueden actuar por carecer de apoyo logístico. ¿Son suficientes 520 bomberos regulares, con tales equipos, para cubrir desastres simultáneos como los mencionados?

Categóricamente la respuesta es no.
¿Qué se podría hacer con apenas seis ambulancias si hay que transportar cientos de heridos? Habría que buscar, naturalmente, la ayuda de otras instituciones, como siempre ocurre, y la ayuda internacional.

LA CRUZ ROJA
La Cruz Roja Dominicana, uno de los principales organismos de socorro, tiene 83 ambulancias disponibles para todo el territorio nacional, de las cuales veinticinco están en la capital. Esto no quiere decir que todas estén habilitadas, pues como ocurre en casi todas las instituciones muchas de esas ambulancias están en los talleres.

La Cruz Roja maneja normalmente 1,800 unidades de sangre por mes de 500 cecé cada una, sangre que es analizada por 34 bioanalistas. Sólo tiene tres laboratorios en todo el país: el de Santo Domingo —que es el mayor—, uno en Santiago y otro en San Francisco de Macorís. Se espera que próximamente sean instalados otros dos en La Romana y San Pedro de Macorís. En la región Suroeste no hay ninguno.

“Evidentemente, lo que tenemos no es suficiente en caso de un desastre nacional”, admitió el director del Programa Nacional de Bancos de Sangre, doctor Sócrates Sosa Peña.

La Cruz Roja cuenta con unos 4,000 donantes voluntarios, pero eso no significa que hagan sus aportes en una fecha fija. En caso de un desastre hay que apelar a las donaciones que haga la población.

LA DEFENSA CIVIL
La Defensa Civil, que es el organismo principal del Comité Nacional de Emergencias (CNE), tiene a su disposición —en el momento en que sea necesario—cuatro helicópteros de salvamento de la Fuerza Aérea Dominicana, más otros tres del Ejército, propios para tareas de ubicación y supervisión de labores. Se adicionan varias lanchas de rescate de la Marina de Guerra.

En el Comité Nacional de Emergencias, creado por decreto del presidente Hipólito Mejía, están representadas 22 instituciones del Estado. La política del CNE es aplicada a través del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), bajo la dirección de tres generales de las Fuerzas Armadas, entre los cuales se incluye el director de la Defensa Civil.

La Defensa Civil dice contar con 54,000 personas entrenadas en tareas de socorro y salvamento a nivel nacional, aparte de que en sus almacenes tiene más de 10,000 raciones de alimentos no perecederos que están disponibles para ser entregadas de inmediato a posibles damnificados.

La Defensa Civil tiene, además, un hospital de campaña en el que se pueden atender simultáneamente a 80 personas.

SALUD PÚBLICA
La Dirección Nacional de Emergencias y Desastres de la Secretaría de Estado de Salud Pública apenas tiene asignadas doce ambulancias, una por cada hospital de la ciudad.

En el país sólo hay 49 ambulancias en los hospitales del Estado. No se incluyen las de los cuerpos de bomberos, que en muchas poblaciones sólo tienen una y otras carecen de ellas. En el Distrito Nacional hay trece hospitales, si se incluyen el de las Fuerzas Armadas y la Policía y el de la base aérea de San Isidro.

En la actualidad gran parte de las salas de emergencias de los hospitales públicos constituyen un desastre, pues no todas funcionan a plena capacidad o están en reconstrucción, como la del hospital de Los Minas que sólo tiene dos camillas.

El nuevo y magnífico hospital de Herrera, construido a un costo millonario por el gobierno del doctor Leonel Fernández, está cerrado porque le faltan detalles cuyo costo asciende a unos 20 millones de pesos.

Pudiera haber sido terminado, pero una disputa por su control entre la Secretaría de Estado de Salud Pública y el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) —aparentemente superada a favor de Salud Pública— impidió que los recursos fueran asignados.

En la zona urbana de Santo Domingo hay 51 clínicas privadas importantes organizadas en la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados. En toda la nación la cifra total de clínicas privadas que forman parte de la asociación asciende a 150. Las de Santo Domingo cuentan con 1,700 camas. Las del interior tienen un total de 1,746 camas.

Los hospitales de Salud Publica de Santo Domingo apenas cuentan con 66 camionetas, si se excluyen los vehículos de otros tipos asignados a los directores, subdirectores y funcionarios medios, que en total suman 21, más dos camiones.

Es decir, que todos los vehículos juntos, en el caso de que se necesitaran para atender emergencias simultáneas, sumarían 87, aparte de tres camiones asignados a los hospitales Darío Contreras y Luis E. Aybar, y al almacén de la Secretaría de Salud Pública.

LA SITUACIÓN HOSPITALARIA
El hospital Darío Contreras, donde generalmente van a parar los heridos y accidentados graves, carece de recursos y espacio físico para atender a un número elevado de pacientes que le lleguen simultáneamente. Sólo tiene un área de emergencias con seis camillas, salas de cuidados intensivos con muy poca capacidad, siete salas de cirugía y en estos momentos no tiene una sola ambulancia disponible. Esto obliga a los familiares de heridos o traumatizados a agenciarse su propio medio de transporte en caso de que tengan que trasladarlos a otro lugar.

Ese hospital tiene 240 camas y 215 médicos, pero reporteros de [A]HORA han visto hasta 17 pacientes en camillas habilitadas en los pasillos a la espera de turno para ser atendidos.

El presidente de la Asociación Médica Dominicana (AMD), doctor Díaz Alba, lo dice claramente:

“Tenemos más de 50 hospitales, más de mil clínicas rurales y 103 subcentros. Eso es lo que tiene la República Dominicana como infraestructura para poder recibir los pacientes en consulta, en estado de crítico y en estado de emergencia. Cada centro tiene sus emergencias, pero la mayoría no tiene capacidad de respuesta frente a un desastre nacional”.

“En condiciones normales —agregó— las emergencias no pueden trabajar, mucho menos si hay un desastre. Tenemos que ser realistas. Ni Salud Pública, ni la Cruz Roja Dominicana, ni la Defensa Civil están preparadas para un desastre”.

El dirigente de los médicos añadió que en la casi totalidad de los hospitales “no hay medicamentos, ni siquiera material gastable, como por ejemplo hilo para cerrar una herida”.

En otros, los equipos de rayos equis están averiados, carecen de plantas de emergencia o no hay disponibilidad de suficientes camas ni reactivos para análisis de laboratorio.

Las llamadas “boticas populares”, cuyo número fue casi duplicado en el actual gobierno hasta llevarlo a unas 800, los medicamentos escasean.

“Me siento desencantado... pierdo las esperanzas. Me siento con un desencanto tremendo, de mirar cómo las autoridades de Salud tratan la salud de este pueblo, al médico dominicano. Los médicos residentes, por ejemplo, ahora mismo tienen una paralización porque no se les ha pagado desde julio. Son unos 500 médicos, a quienes les pagan 10,400 pesos mensuales para mantener sus familias y comprar libros. Y no les pagan”, dijo el doctor Díaz Alba.

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Cuerpo de Bomberos San Pedro de Macorís